En Río Grande do Sul, una joven llamada Rayane Alvareng, la cual no se podía levantar de la cama, experimentó un encuentro poderoso con Dios mientras estaba en su habitación.
En el transcurso de su vida, esta joven había afrontado numerosas dificultades a nivel personal y familiar. Rayane Alvarenga, de Campo Bom (RS), luego de sufrir todos esos problemáticos episodios, comenzó a padecer de depresión.
“Sabía hacia dónde se dirigía todo, pero no sabía cómo regresar, no sabía cómo iba a detenerlo. Infancia arruinada, familia destruida, ministerio herido, fue un bombardeo de espinas que me impidió seguir caminando”, exclamó Rayane, mediante una publicación en Instagram.
En noviembre la joven realizó una aparición en el podcast “daVidacast”, dónde contó que llegó un momento donde ya no tenía ganas de hacer absolutamente nada y simplemente quería quedarse en cama.
“Recuerdo estar acostada en la cama y no volver a levantarme”, relató Rayane. “No tenía ganas de levantarme, no encontraba el sentido. Dejé el trabajo y la escuela. No quería hablar con nadie, quería estar sola. Lloré 24 horas en la habitación”.
Varios miembros de la iglesia cristiana donde asiste la joven fueron de visita y todos comenzaron a orar por ella. Pero Rayane no aceptó este gesto de ayuda. “Creé una revuelta dentro de mi corazón”, afirmó Rayane.
Un día tomo la decisión de hacer planes para huir de casa y vivir en la calle. “Ese día quería morirme. Planeaba vivir en la calle y esa sería mi vida”, dijo.
Sentada en su cama una noche, Rayane vio su reflejo en el espejo, que se encontraba al otro lado de la habitación.
“Miré de lejos y no me reconocí. Estaba acabada, literalmente. Me levanté, me acerqué, me miré y pensé: ‘¡Dios mío, no me reconozco! ¿Dónde terminé?”, dijo.
Luego de verse en dicho espejo regreso nuevamente a la cama y rompió en llanto durante muchas horas. Fue allí donde Rayane, por primera vez, acudió a pedir ayuda a Dios para poder salir de ese estado tan deplorable: “Señor, ya no sé qué hacer. Ya no puedo hacerlo solo”.
En el trascurso de esa misma mañana, Rayane planeaba poner en marcha su plan para huir de casa. Sin embargo, a mitad de la noche, un sonido de alguien tocando a la puerta de su habitación logro llamar su atención.
“No fue mi madre ni mis hermanas, fue el Espíritu Santo que entró y se sentó a mi lado en la cama. Era hermoso, un ser vestido de blanco, tal era el brillo, la pureza y la ligereza que llevaba, que era casi imposible verlo con la luz que traía consigo”, describió.
“Y me hizo una pregunta: ‘¿Crees que lo imposible puede suceder?’. Dije: ‘Creo’ y Él se fue”.
Al poco tiempo de la experiencia sobrenatural que vivió Rayane, logró dormir de manera muy profunda, algo que no había logrado hacer desde hace mucho tiempo.
La mañana siguiente, milagrosamente, Rayane despertó siendo una persona totalmente diferente y con una salud mental increíblemente buena y sana, había sido restaurada tanto física como espiritualmente en un abrir y cerrar de ojos.
“Había vuelto a ser la Rayane que era antes. Fue algo sobrenatural. Me levanté y recuerdo que mi madre llegó a casa y me vio sentado a la mesa comiendo con mis hermanas. Me curé”, testificó.
La semana siguiente, luego de su restauración espiritual, ya estaba previsto que Rayane diera inicio a un tratamiento psicológico. “Fui, pero no sabía ni qué decir”, recordó.
Hoy, con el fin de ayudar a otras personas que luchan con la depresión y con problemas similares, Rayane Alvarenga ha compartido su testimonio. También se ha vuelto escritora y se desempeña como líder juvenil, acompañada de su esposo Lucas, en su iglesia local.