Jugadores de la NFL le dan gloria Dios: «Ganamos los partidos, pero Dios es quien brilla en el campo»

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El mariscal de campo de los Houston Texans, CJ Stroud, y el mariscal de campo de los Vikings, Josh Dobbs, están haciendo grandes jugadas en la temporada de fútbol americano de la NFL. Aunque han logrado grandes éxitos, ambos deportistas prefieren agradecer a Dios por su éxito.

Dobbs, de 28 años, se unió recientemente a los Vikings después de que el equipo perdiera a Kirk Cousins ​​​​por una lesión en el tendón de Aquiles en octubre. Dobbs asumió el cargo de titular después de que el suplente de Cousins, Jaren Hall, sufriera una conmoción cerebral.

Dobbs, habló en la Iglesia Bautista Bellevue en Memphis el 1 de febrero de 2020, donde compartió su historia de fútbol y fe. Durante su discurso, Dobbs mencionó Josué 1:9 y compartió su experiencia de descubrir lo que significa ser cristiano y priorizar su fe cuando llegó a la universidad.

En una entrevista anterior con The Jackson Sun en 2018, Dobbs dijo que a pesar de su éxito en el fútbol, ​​siempre estuvo enfocado en Dios.

“Llegará el día en que no seré parte de ningún equipo de fútbol. Pero la decisión que tomé durante mi segundo año en la escuela secundaria (ser parte del Equipo Jesús), será parte de ese equipo por el resto de mi vida, y por toda la eternidad”, explicó.

Mientras tanto, el novato de los Houston Texans, CJ Stroud, llevó al equipo a la victoria y en la entrevista posterior al partido no dudó en agradecer a Dios por guiar al equipo, incluso cuando iban perdieron.

“Primero que nada, quisiera dar todo honor y gloria a mi Salvador Jesucristo… Cuando le das tu vida a Dios, Él te da una oportunidad y tú la cuidas”, dijo Stroud a los periodistas después del partido.

Compartió su experiencia en un servicio religioso, recordándonos que vale la pena adorar a Dios, incluso en circunstancias adversas. Para él, adorar a Dios es un verdadero testimonio de fe.

En 2015, el padre de Stroud fue arrestado por varios delitos y sentenciado a 38 años de prisión. La situación provocó dificultades económicas para el jugador, su madre y sus hermanos, y en un momento los dejó sin hogar. A pesar de estos desafíos, se mantuvo fuerte en la fe y destacado en el campo de fútbol.

A pesar de los desafíos, Stroud agradece a Dios por todas las bendiciones de la vida. “Él dio su vida por nosotros en la cruz. Realmente creo en él. Es más grande que el fútbol. Si tenemos que utilizar el fútbol con el fin de difundir el evangelio y la vida de Jesucristo, lo haremos. Creo que eso es lo que Dios quiere”, concluyó.

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