La «Casa de Oración» abre sus puertas uniendo a judíos y cristianos en el Día de Jerusalén

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Durante el «Día de Jerusalén», la «Casa de oración para todas las naciones» abrió sus puertas, donde judíos y cristianos se unieron.

La organización dedicada a llevar a los judíos al Monte del Templo, Beyadenu, informó que al rededor de 1.290 judíos subieron a conmemorar la unificación de la capital eterna de Israel en la «Guerra de los Seis Días de 1967».

Este año esta cifra bajó, pues el año pasado subieron aproximadamente 2.630 judíos. Beyadenu, explicó que esta caída de los números pudo ser por el día de la celebración, ya que el «Día de Jerusalén» fue el viernes, pero para evitar celebraciones que conduzcan a la profanación del Shabat, el evento se realizó el día sábado.

En consecuencia, los judíos no pudieron ascender durante el verdadero «Dia de Jerusalen», pues el Monte del Templo siempre está cerrado para ellos.

«Fuimos testigos de una mezcla de disuasión y dedicación durante todo el día», dijo Abe Truitt, portavoz de Beyadenu. Esta organización hizo grupos junto a cinco miembros del Parlamento israelí (Knesset), entre ellos estaban Ariel Kallner, Amit Halevi, Dan Iluz, MK Yitzhak Wasserlauf y Yitzchak Kroizer.

«Durante horas, los grupos se alinearon en el pequeño corredor de la única entrada a la que se les permite ingresar a los no musulmanes, apretujándose bajo el sol para pasar por los detectores de metales», dijo Truitt. «Los judíos que llevaban sus artículos religiosos fueron enviados de regreso a los casilleros en la entrada del estrecho corredor y luego se les pidió que regresaran a través de la fila para ingresar. Esto efectivamente duplicó el tiempo de espera para muchos grupos, lo que exacerbó aún más la situación».

«Sin embargo, a pesar de esperar horas bajo el sol, los fieles ascendieron al Monte del Templo para mostrar su dedicación a la causa votando con los pies», dijo Truitt.

«A los cristianos se les permite vagar sin escolta en el Monte del Templo», explicó Truitt. «Se requiere que los judíos estén acompañados, por lo que es mucho más trabajo para la policía. Además, los judíos están severamente limitados en cuanto a dónde pueden ir y cuánto tiempo pueden estar allí. Normalmente, los cristianos no querrían unirse a un grupo judío porque los limita».

En un raro evento, un grupo de cristianos estaba esperando ascender y varios judíos se les unieron. Poco después estuvieron orando todos juntos.

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