Un día después del anuncio, el actor Eduardo Verastegui se lamentó y se vistió de negro para recordar que se negaba al aborto. Así que comenzó su búsqueda para recolectar millones de firmas para postularse como candidato independiente en 2024. Su estrategia está recibiendo críticas mixtas a nivel nacional.
Utiliza plataformas como TikTok para orar y promover proyectos gubernamentales basados en «Dios, Patria y Familia» con valores cristianos. Ha generado controversia al grabarse disparando un fusil como sátira contra lo que él llama «terroristas de la agenda 2030, cambio climático e ideología de género».
En los años 90, este individuo destacó por bailar sin camisa en un trío de música pop y participar en telenovelas gracias a su atractivo. Ahora, a los 49 años, ha cambiado su enfoque.
En su discurso, Verastegui enfatiza su relación con Dios, defiende la vida argumentando que México se gesta en los vientres maternos y muestra gestos simbólicos como arrodillarse en mítines para pedir perdón en nombre de todos los hombres, a todas las mujeres.
Raúl Tortolero, un escritor afín a Eduardo Verástegui, afirma que este aspirante lidera una nueva derecha que comparte valores similares a los de José Antonio Kast en Chile y Santiago Abascal en España.
Según Tortolero, esta corriente es marcadamente religiosa y se basa en siete pilares: poner a Dios en el centro de la vida, rechazar el aborto y la comunidad LGBT, defender la propiedad privada, la patria, las libertades y los derechos universales. Además, Verástegui cuenta con el respaldo de jóvenes que lo apoyan debido a su apoyo a otras prioridades que son importantes para ellos.
Recientemente, en México no había visto a un actor persiguiendo el puesto de presidente. La candidatura está a un millón de firmas de distancia y su estrategia para reunirlas es cuesta arriba en un país en el que cohabitan el catolicismo, el feminismo y la defensa de los derechos de la comunidad LGBT.