El sábado 11 de noviembre, el Papa destituyó al obispo católico conservador Joseph E. Strickland, uno de los críticos más acérrimos de las acciones de Francisco, como jefe de la Iglesia católica.
El Papa Francisco despidió al obispo Joseph E. Strickland de Tyler, Texas (EE.UU.), después de que éste se negara a dimitir de su cargo al finalizar una investigación del Vaticano en su contra. En la historia de la Iglesia católica, es inusual que un obispo sea inmediatamente relevado de sus funciones.
Según Reuters, los obispos que tienen problemas con el Vaticano suelen pedir su dimisión antes de entregarla y el Papa la acepta. Los obispos católicos normalmente se jubilan a los 75 años, por lo que el obispo Strickland estaba en la recta final de su cargo a los 65 años.
La medida radical de Francisco ha sido noticia en todo el mundo, y Strickland criticó los repetidos comentarios del Papa sobre el activismo LGBT.
La semana pasada, por ejemplo, el Vaticano afirmó que las personas transgénero pueden ser bautizadas y ser padrinos en bautizos y bodas, además de afirmar que una persona en pareja con otra persona del mismo sexo puede ser testigo en una boda. La declaración fue escrita por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández y aprobada por el Papa Francisco el 31 de octubre.
El obispo despedido por el Papa había sido designado para la diócesis de Tyler por el entonces Papa Benedicto XVI en 2012. Strickland había apoyado al presidente Donald Trump y dijo abiertamente este año que rechazaba el “programa del Papa Francisco que socava el Depósito de la Fe”.
En una entrevista antes de que se anunciara la decisión del Papa, el obispo Strickland dijo que la investigación en su contra se debía a su negativa a implementar las directivas del Vaticano para restringir el uso de la misa en latín al viejo estilo, preferida por algunos conservadores.