Madre e hija cristianas secuestradas en Haití y se presume que piden $1 millón por el rescate
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Mientras ayudaba a los pacientes en la clínica dirigida por su misión, Alix Dorsainvil fue secuestrada por hombres armados el jueves 27 de julio.

Una pandilla secuestró a una enfermera cristiana y a su hija en Haití, cerca de la capital, Puerto Príncipe.

Según fuentes locales, los secuestradores exigen un rescate de $1 millón de dólares. Por razones de seguridad, la misión y el Departamento de Estado de EE.UU. no divulgaron detalles sobre el caso.

«Tenemos conocimiento de los informes de que dos ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados en Haití, debo decir. La seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero es, sin duda, nuestra principal prioridad», dijo el lunes el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, en una conferencia de prensa.

Según los informes, la esposa del fundador de la misión, Sandro Dorsainvil, la americana Alix, ha estado trabajando en Haití desde 2010.

«Ella visitó Haití por primera vez poco después del terremoto de 2010, cuando estaba en la universidad y se enamoró de la gente. Pasaba sus vacaciones y veranos haciendo viajes de ida y vuelta. Después de que comenzó a trabajar como enfermera, ahorró dinero y luego se autofinanció todos sus viajes a Haití, yendo cada vez que podía», dijo el ministerio en un comunicado lunes.

«Ella busca personas para mostrarles amor y compasión, y nadie está excluido de recibir su amabilidad. Alix vive una vida siguiendo los pasos de Jesús», continuó.

Por la liberación de la enfermera y de su hija, la misión pidió oraciones. «¿Seguirá orando por la seguridad y la libertad de Alix y su hija con nosotros? Seguimos orando por la nación y el pueblo de Haití, incluso cuando nuestros corazones están rotos por esta tragedia».

Continuó: «Hemos encomendado esta situación a Dios sabiendo que Él es bueno, así que hasta que Alix y su hija regresen a salvo con nosotros, haremos como está escrito en el Salmo 27:14 ‘Espera en el Señor; esfuérzate, sé valiente y espera en el Señor'».

Los secuestros de grupos armados se convirtieron en un problema importante en Haití, y los líderes locales y los misioneros extranjeros fueron con frecuencia el blanco de estos crímenes.

873 personas fueron secuestradas este año, según estadísticas de la ONU. Según el misionero Marcos Germano en una entrevista anterior con Guiame.com, «el secuestro se ha convertido en un negocio muy lucrativo para estos grupos como una forma de financiar sus operaciones en la nación».

«Muchos misioneros ya han sido secuestrados y la pandilla exige un rescate de $1 millón». «El riesgo existe tanto para los trabajadores nativos que sirven en misiones extranjeras como para los misioneros extranjeros de otros países», finalizo.

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