Ocurrió un aumento significativo de las ejecuciones, los castigos que impone el régimen Iraní a quienes rechazan o no adoptan el Islam son cada vez más alarmantes.
Según Times of Israel, las ejecuciones en Irán aumentaron al 75 % solo en 2022, únicamente por motivos religiosos; esta es una cifra significativa si se compara con años anteriores, donde no se había presenciado un panorama tan violento como en años anteriores en la historia de ese país.
582 personas han sido ejecutadas bajo los cargos del régimen de insultos a Mahoma, blasfemia y desafío a las reglas establecidas por el gobierno de la nación.
Los defensores de derechos humanos, Iran Human Rights (IHR) y Together Against the Death Penalty (ECPM), dicen que el número ha aumentado significativamente desde 2015. En 2021 murieron 333 personas, pero la cifra ha aumentado significativamente desde entonces.
Según un informe de ambas organizaciones que se basó en datos recopilados sobre el aumento de la violencia y las sentencias de muerte en todo el país, el aumento de las ejecuciones es el resultado de las protestas ciudadanas contra tales medidas.
Un universitario Iraní dijo a DW que “se pondrá peor porque la ira y el dolor están movilizando a familiares, amigos y conocidos de los manifestantes muertos”.
“Quiero que los cristianos iraníes sean tratados con compasión, justicia y libertad. El deseo de Dios es justicia en su corazón. Incluso la Biblia afirma que Dios desprecia la injusticia. Como creyente, quiero luchar por esta causa”. Dijo Dabrina Bet-Tamraz (quien se convirtió a Cristo cuando era adolescente y desde ese entonces ha sido arrestada y amenazada de muerte).
Debido a que los cristianos son vistos con frecuencia como una importante amenaza para la seguridad de la nación. La violencia comenzó cuando Mahsa Amini, de 22 años, fue brutalmente golpeada por la policía moral de su país por “no llevar puesto el hiyab correctamente”.
Los pastores son frecuentemente amenazados con arresto si no cumplen con la ley.
Por ahora, “vivir bajo tierra, con iglesias en casas y culto privado, al igual que China y Corea del Norte”, es la única opción para los creyentes.