Después de escuchar el mensaje de salvación y encontrar esperanza en Cristo, Thomas Rife, un oficial de policía que no creía en Dios, entregó su vida a Jesús. Luchó con los efectos de sus pecados y tuvo varios intentos de suicidio. Solo cuando se encontró poderosamente con Dios, fue cuando todo cambió.
En Ohio, Thomas experimentó una crianza violenta y traumática, su padre pasó su infancia entrando y saliendo de prisión porque sus padres biológicos eran drogadictos. Más tarde se encontró en un hogar de acogida junto con su hermana y su hermano. El niño creía que sus pesadillas habían terminado, pero fue sometido a más violencia en el hogar de acogida.
Cuando tenía 14 años, una mujer llamada Susan lo adoptó. Su familia adoptiva no iba a la iglesia. No consideró a Dios en absoluto, ni siquiera cuando se alistó en el ejército, conoció a su esposa, se casó y tuvo hijos.
Cody Suggs, amigo cercano de Thomas, falleció en 2012 mientras los dos servían en Afganistán. Luchó poderosamente con la pérdida de su amigo y perdió el control de sus emociones.
Reprimió sus emociones e hizo un esfuerzo por seguir adelante. Thomas trabajó como detective de narcóticos y oficial de policía. Debido a la tragedia que le sucedió a su familia, siempre fue la persona que siempre había querido ser. Pero luego, el derramamiento de sangre, los percances, los suicidios, los asesinatos y todo lo demás que vio mientras trabajaba dejó una marca duradera en su alma.
Como resultado, Thomas descubrió que era incapaz de sentir nada. Luchó por conciliar el sueño y con frecuencia estaba irritable. En ese momento, recurrió a la «bebida» y al uso de «drogas» para lidiar con sus sentimientos. El oficial de policía estaba usando drogas cuando tuvo un accidente automovilístico. En ese momento, tomó una sobredosis que fue casi fatal, pero Dios lo libró.
Sin embargo, Thomas tenía la intención de suicidarse porque creía que estaba a punto de ser expuesto por todas sus transgresiones. Un socio y amigo cercano visitó al pastor de Thomas después de que llegó a casa. Le explicaron el Evangelio y esto despertó en él una profunda curiosidad por Dios.
Todavía lidiando con los efectos de su pecado, Thomas pronto entregó su vida a Cristo. Intentó suicidarse repetidamente antes de que Dios interviniera para salvarlo.
En encuentros sobrenaturales, Dios se reveló a Thomas y lo envolvió en un amor y una paz que nunca había conocido.
La vida de Thomas finalmente comenzó a cambiar. Para lidiar con sus luchas internas y encontrar sanación, buscó ayuda profesional y espiritual, y se involucró en una comunidad cristiana, amorosa y alentadora. Aprendió que tener fe en Dios le dio un mayor sentido de propósito y una perspectiva diferente de la vida.
Thomas tomó la decisión de compartir su experiencia para inspirar a otros.
«Ahora entiendo que hay esperanza, incluso en las peores circunstancias. Dondequiera que estemos, Dios puede venir a nuestro lado y ofrecernos sanación y restauración. En Cristo, me dio una nueva vida y una nueva identidad».