Una historia de consumo de drogas, orgías y muerte que rivaliza con cualquier historia de terror real. Esto es lo que descubrió el pastor de una iglesia cerca del barrio de Morro Alto, en Vespasiano, en el gran Belo Horizonte, cuando recibió a una mujer que acudió a él para confesar sus pecados.
Sin embargo, el líder religioso no podía imaginar que el pecado no sería uno, sino muchos pecados, y entre ellos estaría el asesinato.
Cuando el pastor escuchó la versión de la mujer, denunciaron el incidente, donde la mujer inicialmente dio una versión que los investigadores creyeron que no era la versión oficial.
Dijo que fue agredida sexualmente por un «gerente de drogas» local y que lo golpeó repetidamente en la cara con un martillo en represalia.
Según la mujer, el motivo de la agresión fue el consumo de cocaína. Dicho crimen se produjo el día 03 de noviembre.
Después de escuchar su confesión, el pastor llamó a la policía militar que se dirigió a la casa de la sospechosa, donde encontraron el cuerpo del hombre de 30 años envuelto en plástico.
Sin embargo, la madre de la mujer dijo que vio a su hija y a su yerno con la ropa ensangrentada. La sospechosa cambió de historia durante el interrogatorio y dijo que ella y su marido cometieron el asesinato después de que la pareja invitara a un presunto narcotraficante a tener relaciones sexuales y consumir cocaína para pagar una deuda.
Según los informes, el marido de la mujer que confesó el crimen golpeó a la víctima con un martillo durante el coito. La intención de la pareja era esconder el cuerpo en un hueco de una habitación de la casa.
Pero la mujer, sintiendo remordimiento, acudió al pastor local para confesar su crimen. La policía la interrogó y luego la puso en libertad. Pero su marido está prófugo.