El fallecimiento de Alexei Navalny, destacado líder opositor en Rusia, ha conmocionado al mundo. Tras pasar casi 2 décadas en prisión por oponerse a la opresión política en su país, se dice que se refugió en la fe en Jesús mientras clamaba por justicia celestial.
Este hombre era conocido por sus críticas al gobierno de Vladímir Putin, lo que lleva a creer que su encarcelamiento fue motivado políticamente, murió en una colonia penal donde cumplió una condena de 19 años.
Su familia aún no ha podido ver su cuerpo, generando incertidumbre. Este valiente político denunció la corrupción en Rusia y desafió el régimen de Putin, incluso tras sobrevivir a un intento de asesinato con el agente Novichok. Su determinación y valentía lo convirtió en un símbolo de resistencia contra la opresión.
Su estancia en la colonia penitenciaria IK-3, ubicada en el círculo polar ártico, era caracterizada por duras condiciones, con temperaturas extremadamente bajas y una disciplina penitenciaria severa. Durante el año 2022, estuvo casi un año en régimen de aislamiento.
A pesar de las duras condiciones en la colonia penitenciaria, Navalny mantuvo su agudeza y humor, inspirando a muchos con su determinación. Su legado como activista político deja una huella imborrable en la lucha por la democracia y la transparencia en Rusia.
Su revelación pública de fe en Jesús durante su juicio en 2021 sorprendió a muchos, mostrando cómo su nueva creencia lo fortaleció en medio de la adversidad.
Al principio, al igual que muchos activistas, él mismo se describía como un ateo muy comprometido, y admitió que al adoptar una nueva fe, se convirtió en objeto de burlas por parte de sus amigos y compañeros políticos.
«Pero ahora soy un creyente, y eso me ayuda mucho en mis actividades porque todo se vuelve mucho, mucho más fácil… porque hay un libro en el que, en general, está escrito claramente qué acción asumir en cada situación. No siempre es fácil de seguir… pero en realidad lo estoy intentando… como dije, probablemente sea más fácil para mí que para muchos otros involucrarse en política», expresó.
«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Siempre he pensado que este mandamiento es más o menos una instrucción para la actividad», añadió.
Aseguran que todo sucedió antes de un intento de asesinato en 2020 por parte del propio presidente Putin.
“El hecho es que soy cristiano, lo que normalmente me pone como ejemplo de constante burla en la Fundación Anticorrupción porque la mayoría de nuestra gente es atea y yo una vez fui bastante militante. Yo mismo fui ateo”, dijo al año siguiente.
Según el teólogo Russell Moore, el coraje de Nalvany de morir defendiendo su ideal, era ejemplar, lo cual comparó con vivir con coraje la fe en Cristo frente a la persecución.