El martes (9) de la semana pasada, fue aprobada una ley en Texas que permite a los capellanes trabajar en las escuelas públicas, esto con la finalidad de ayudar a los estudiantes y a combatir la crisis de salud metal entre ellos.
El representante estatal, Cole Hefner, en una entrevista con The Dallas Morning News, explicó que el propósito de la nueva ley es «brindar a los distritos escolares todas las herramientas que podamos para combatir los problemas de salud mental y otras crisis».
Texas ha estado enfrentando una escasez de profesionales de la salud mental. Mientras la proporción de estudiantes recomendada para cada consejero escolar es de máximo 250 alumnos, actualmente hay 392 jóvenes por trabajador, sobrepasando notoriamente el límite.
Para ser contratado, los capellanes deberán cumplir con una serie de requisitos, donde se verificarán sus antecedentes penales y deberán tener una capacitación de capellanía aprobada por una organización reconocida por el Departamento de Defensa de los EE. UU., la Oficina Federal de Prisiones o el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Hefner aclaró que, personas de cualquier religión, que cumpla con los requisitos impuestos, podrá ser capellán. La intención no es imponer alguna religión a los estudiantes, sino ofrecer una asesoría en los temas que el joven necesite.
«Esto es solo para ayudar a complementar a nuestros asesores que están trabajando muy duro», dijo.
Por otro lado, los críticos acusaron a este proyecto de ley de promover el proselitismo y aseguraron que los cristianos entrarían a las escuelas públicas con su afán de ganar almas.
«Esto ciertamente se está moviendo hacia una fe preferida en Texas, que es algo profundamente preocupante», protestó Joshua Houston, director de defensa del grupo interreligioso Texas Impact, a The Morning News.
Sin embargo, Rocky Malloy, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Capellanes Escolares, respondió a estas críticas diciendo que «los capellanes operan de acuerdo con las creencias y convicciones de un individuo; no están trabajando para convertir a la gente a la religión». También aseguró que este proyecto aumentará la seguridad en las escuelas.
Texas también aprobó exhibir los «10 Mandamientos» en las escuelas y, reservar tiempo para que los estudiantes oren y lean textos religiosos.