El pastor Tim Keller se aseguró, antes de partir con el Señor, de que muchas personas pudieran beneficiarse de sus consejos, compartiendo parte de ellos como su legado con muchos líderes de las siguientes generaciones.
Keller era conocido como teólogo, apologista, autor y pastor/miembro fundador de «Redeemer Presbyterian Church» en Nueva York desde 1989; específicamente, grabó un mensaje destinado a los líderes actuales de la congregación, no como una despedida, sino como una guía para toda su vida.
Este video estaba destinado al liderazgo de su congregación y se realizó justo antes de que su salud comenzara a deteriorarse. Sin embargo, fue lanzado en su honor debido a la enorme influencia que Keller ha tenido en la vida de millones de cristianos que de una forma u otra han escuchado de Dios a través de él.
Quería que los líderes de la iglesia se sintieran guiados a actuar moralmente por las enseñanzas de la Biblia usando los tres consejos, los cuales se basan en el libro de Jeremías.
- «Vivid al filo de la navaja», parafraseando a Jeremías 29:7, «buscad la paz y la prosperidad de la ciudad a la cual os he desterrado». «Participa, pero también destácate por ser único. Mantén tus faldas limpias y denuncia a todos, pero no te asimiles y solo recoge todos los puntos de vista culturales. Tampoco te quedes fuera».
- Citando Jeremías 32, donde Jeremías compró un campo a pesar de la inminente invasión babilónica y el posterior exilio de los judíos, hablo de «invertir, no solo consumir». «Invierte aquí. Jesucristo dijo: Edificaré mi iglesia. Él no dice simplemente Edificaré mi iglesia, excepto en las grandes ciudades. Construiré mi iglesia. Entonces, invierte en la iglesia, invierte tu tiempo, invierte, sí, tu dinero, invierte tu vida»
- «Olvídese de su reputación» Invocando a Jeremías 45:5, que dice: «¿Buscas grandes cosas para ti? No las busques». «No se preocupe por sus credenciales o su reputación. No permita que su ministerio defina su éxito para que, si las cosas no salen bien, se sienta como un fracaso total», aconsejó. «Un gran nombre en la ciudad de Nueva York no debería ser tu objetivo principal. Levanta el nombre de Jesús en alabanza. Bendito sea tu nombre. Olvídate de tu reputación y de ti mismo. Haz tu parte para glorificar el Nombre de Dios».