El GMC (General Medical Council) del Reino Unido ha exonerado al experimentado neurólogo consultor y sacerdote católico ordenado, Dr. Patrick Pullicino, de 74 años, quien estaba siendo investigado desde hace 3 años debido a que dio una opinión médica “pro-vida” en un caso judicial sobre el fin de la vida.
La investigación comenzó cuando Celia Kitzinger, defensora del suicidio asistido, presentó una queja contra Pullicino. Representado por abogados del Christian Legal Centre, Pullicino es conocido principalmente por su participación en la alerta sobre abusos cometidos en el marco de la Liverpool Care Pathway en 2012.
Pullicino fue objeto de una investigación por parte del GMC, centrándose en su papel en el caso de un hombre polaco de mediana edad llamado RS, quien padeció daño cerebral después de un infarto en noviembre de 2020.
A pesar de que el “Tribunal de Protección del Reino Unido” ordenó retirarle la sonda de alimentación y los fluidos, el gobierno polaco pidió permiso para llevarlo de vuelta a Polonia, pero esta solicitud fue descartada.
RS falleció de deshidratación después de que se le retirara toda la nutrición y los líquidos. Kitzinger acusó a Pullicino de parcialidad por “intentar salvar la vida de un paciente” e incluso especuló con la posibilidad de que hubiera diagnosticado mal intencionadamente al paciente con la esperanza de salvarle la vida.
Sin embargo, el GMC comprobó que Pullicino no tenía evidencia que demostrara que carecía de competencia para evaluar el nivel de conciencia de un paciente, ni que su opinión médica fuera incorrecta.
Además, el GMC dictaminó que no se encontraron pruebas que apoyaran la alegación de que la fe religiosa o las creencias personales de Pullicino afectaban a su opinión sobre el paciente RS.
Pullicino expresó su satisfacción por la decisión del GMC y destacó que la investigación contra él fue un ataque discriminatorio contra su opinión médica como sacerdote católico.
Andrea Williams, directora ejecutiva del Christian Legal Centre, señaló la ironía de que se investigue a un médico por intentar salvar una vida.
“En un mundo donde la verdad es cada vez más extraña que la ficción, ahora vemos cómo médicos que trabajan para salvar vidas se convierten en los investigados por el GMC. Esto nos dice algo sobre la cultura del GMC”, afirmó Williams en un comunicado.
“Estamos encantados de que el Dr. Pullicino haya sido absuelto, pero es profundamente inquietante que este caso haya llegado tan lejos”, explicó.
“El caso pone de relieve la creciente presión sobre los profesionales médicos para que no rompan filas con sus colegas que habían tomado una decisión controvertida de poner fin a la vida de un paciente. En casos delicados relacionados con el final de la vida, los expertos médicos disidentes se arriesgan a duras críticas por parte de tribunales y activistas, lo que da lugar a investigaciones prolongadas y estresantes por parte de los reguladores profesionales”, afirmó Williams.