Denis Falcón se entregó a Jesús después de leer la Biblia temprano en la mañana para descubrir quién era Dios. El joven creció en una familia musulmana en Florida, Estados Unidos, y comenzó a cuestionar el Islam desde niño.
Aunque sus padres creían en Alá, lo veían como un dios distante y crítico. Por eso, le enseñaron a Denis que necesitaba hacer muchas cosas buenas con la esperanza de alcanzar el Paraíso (Cielo).
A medida que Denis crecía, perdió interés en el Islam. “Yo era uno de esos niños que nunca creería en algo, simplemente porque mi familia creía en ello”, dijo en su canal de YouTube.
Con el tiempo, se alejó cada vez más de las creencias de su familia e intentó conectarse con otras religiones: “Lo intenté todo, no funcionó”. Para Denis, Jesús era la última opción.
Denis odiaba a Jesús y no quería tener una relación con él. Pero en ese momento tenía tanta sed de encontrar la verdad que comenzó a leer la Biblia. Durante las primeras horas de la mañana comenzó a “cazar a Dios”, para saber quién era.
“No sabía por dónde empezar, no sabía qué debía leer y qué sería importante”. “Cuanto más leía, más me traspasaba el corazón y la Palabra empezó a cobrar vida para mí”, dijo Denis.
Aseguró también que muchas personas se detienen en la religión, pero es necesario combinar las Escrituras con un encuentro personal y transformador, para sostener la fe.
Estaba leyendo la Biblia, sin embargo, solo después de tener encuentros personales con Dios, entregó su corazón a Cristo.
Denis cambió su forma de actuar y de hablar después de conocer a Jesús. Su madre notó estos cambios y, por miedo, comenzó a negar que estaba leyendo la Biblia.
Un día, mientras hacía su devocional, Denis leyó el pasaje de Mateo 10:32-33, que dice:
“Por tanto, a cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero al que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”.
A partir de ese momento le contó la verdad a su familia, quienes luego lo rechazaron.
Denis llegó a una conclusión. “Las consecuencias de perder a tus padres no se acercaron a las bendiciones de poder confesar abiertamente tu fe en Jesús”.
“Yo era libre. Bienaventurados los que son perseguidos por el nombre de Jesús”, dijo.
Desde entonces, ha compartido el Evangelio con sus padres y tiene la esperanza de que algún día ellos también reconozcan a Jesús como Señor.
“Quiero animarte a compartir tu fe. El Señor es tan real que no puedo evitar hacerlo. No lo puedo negar, Él no me negó. No murió por mí en privado. Luego compartiré públicamente tu nombre para que todos lo vean”, declaró Denis.
“Oro para que el Señor te llene de valentía y te dé fuerza, consuelo y paz, que ministres con la ayuda del Espíritu Santo y compartas la Palabra y tu fe con los demás. No seas un cristiano en secreto”, concluyó.