La policía de Apiacás, Brasil, arrestó en flagrancia a un pastor y padrastro, junto a la madre de un niño de siete años, por torturar al menor como castigo por hacer pis en la cama.
El niño fue llevado al hospital por su madre, de 25 años, debido a la gravedad de la lesión en su pene, el cual había sido atado con un cordel durante tres días como castigo.
El niño fue trasladado a un hospital en Alta Floresta, donde los médicos informaron que el órgano genital ya estaba necrosado (muerte de las células de los tejidos del cuerpo, que puede ocurrir cuando hay poca sangre o falta de oxígeno) y, por lo tanto, el niño corre el riesgo de sufrir una amputación.
En su declaración, el pequeño confesó que el pastor lo ató durante tres días como castigo, con el conocimiento de su madre.
El padrastro, de 43 años, quien es pastor de una iglesia evangélica en Apiacás, Brasil, y la madre, fueron detenidos en flagrancia. La delegada Paula Meira Barbosa explicó que ambos responderán por el delito de tortura mediante pena, con una condena que puede oscilar entre dos y ocho años de cárcel.
Este terrible acto de violencia contra un niño ha causado indignación en la comunidad y ha llevado a un llamado por una mayor protección de los derechos de los niños en Brasil. La policía y las autoridades locales han prometido una investigación exhaustiva y justicia para el niño y su familia, así como también han solicitado la colaboración de la comunidad para obtener más información sobre el caso.