Una mujer que tenía un extraño síndrome, se curó después de 51 días en el hospital: “Dios es real”

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Bruna Oliveira Brandini Prado, de 34 años, sobrevivió milagrosamente luego de tener complicaciones graves en un hospital de São Paulo, después de ser diagnosticada con el síndrome de Burnout, desencadenado por la ansiedad.

“Me examinaron y me aconsejaron que buscara tratamiento psicológico y psiquiátrico, y dentro de ese plazo me despidieron de la empresa”, dijo. 

Durante su hospitalización de 51 días, Bruna experimentó una lucha intensa por su vida. Su cuerpo se vio afectado por esta enfermedad, que puso en peligro su vida. Gracias a la rápida intervención médica y a la fe inquebrantable en Dios, Bruna logró superar las adversidades que enfrentaba.

“A los 10 días de uso comenzaron síntomas como dolores en el cuerpo, congestión nasal, dolor de garganta, malestar general y mucha debilidad. Luego, mis ojos comenzaron a hincharse, aparecieron manchas rojas en mi cuerpo acompañadas de ardor y picazón”, dijo Bruna.

La llevaron a un hospital local donde tomó medicamentos para la alergia. Según ella, el médico le dijo: “Fue Jesús quien te trajo aquí, porque cuando la glotis [órgano responsable de la salida y entrada del aire de la laringe] comienza a cerrarse, muchas veces no hay tiempo para ayudar”.

El esposo de Bruna, Luiz Gustavo Brandini Prado, la acompañó mientras era trasladada a la UCI de otro hospital.

“Cuando llegué allí, ya se me estaba cayendo la piel del cuerpo. Por protocolo era necesario cambiar el acceso a mi brazo, pero de ahí en adelante cualquier toque que hiciera la piel se iba con él. Mis ojos se pegaron y ya no podía abrirlos”, recordó.

“Recuerdo escuchar a un médico gritar que tenían que sacarme de ese lugar, y llevarme a otra UCI específica para aislarme, ya que mi situación era muy grave, ya que era susceptible de contaminarme con bacterias”, agregó.

El mismo día, Bruna recibió la visita de un dermatólogo que le diagnosticó el síndrome de Net (necrólisis epidérmica tóxica), una reacción adversa grave y rara que afecta predominantemente a la piel y las mucosas.

“Me medicaron de urgencia incluso antes de que la aseguradora aprobara el tratamiento para frenar la enfermedad y esperar los resultados. Dos días después, los médicos informaron a mi marido que habían logrado detener la enfermedad. Si no lo hubieran logrado probablemente ya estaría muerta, porque desde que me diagnosticaron solo me quedaban 48 horas de vida”, dijo Bruna.

“Esta enfermedad es muy grave y difícil de diagnosticar y detener. Es muy raro sobrevivir a ello. Los médicos dijeron que muy pocas personas en toda su experiencia sobrevivieron a esta enfermedad”, añadió.

A pesar de los desafíos físicos y emocionales, Bruna encontró fuerza en su fe y en el apoyo de su familia. A través de un proceso doloroso y lleno de incertidumbre, experimentó un verdadero milagro al recuperarse por completo. 

Su testimonio inspirador destaca la importancia de la fe, la esperanza y la confianza en Dios durante los momentos más difíciles.

Hoy en día, Bruna comparte su historia como un testimonio vivo de la intervención divina y la fortaleza espiritual que la sostuvo durante su difícil travesía. 

 

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